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Turismo – Historia de Caudete

 

Tradicionalmente se ha dicho que el nombre de “Caudete” derivaba de CAPDETUM, contracción que debieron hacer los romanos de Caput Deitanorum o Cabeza de los Deitanos, tribu ibérica del sudeste peninsular. Aunque más podría tener su origen en el término “caput aquae” (cabeza del agua), y que hacía referencia a la condición del municipio de cabeza de cuenca hidrográfica del río Vinalopó.

Caudete fue nudo de comunicaciones e importante asentamiento en época íbera. Por aquí discurrían el mítico Camino de Aníbal, también llamado vía Castulo-Saetabi, posiblemente la más antigua vía de comunicación del sur de la península. También por el término de Caudete discurrió la Vía Augusta, que desde Ad-Turres (Fuente la Higuera), cruzaba el valle de Caudete-Villena para dirigirse a Ad-Ello (Elda).

De entre todas las culturas que poblaron estas tierras, destaca la íbera. Dos destacada muestras íberas son la “Cabeza de Toro”y la “Cierva de Caudete”(s. V a.C.). Representan a animales ensalzados a la categoría de divinidad que ejercían de espíritus protectores de enterramientos íberos. Ambas esculturas pertenecen a la necrópolis del paraje de Capuchinos y están expuestas actualmente en el Museo Arqueológico de Albacete.

La “Dama de Caudete”, representación en forma humana de una divinidad o sacerdotisa íbera, es otra de las esculturas que se conserva de este periodo, actualmente alojada en el Museo Arqueológico de Villena.

El hallazgo más reciente ha sido el “Pilar Estela”, parte integrante de una estructura funeraria íbera del s. IV a.C. y curiosamente aparecido entre los muros del castillo de Caudete.

Caudete fue, más tarde, asentamiento romano, del que todavía quedan vestigios. Restos de villas romanas han sido encontrados en los parajes de El Real y Los Santos.
De origen musulmán son el primigenio emplazamiento de la villa de Caudete y el poblado o alquería de Bogarra, situado al sudeste del término y del que sólo se conserva la base de su torre defensiva, una construcción de planta hexagonal con muros de tapial y argamasa de cal.

Conquistada por las tropas cristianas de Jaime I de Aragón en 1240, Caudete pasa en 1244 a depender de Castilla en virtud del Tratado de Almizra, otorgándole el entonces infante Alfonso X el Sabio a Sancho Sánchez de Mazuelo la posesión del castillo y la plaza de Caudete. En 1256 Mazuelo vende dicha posesión a Gregorio García, hablándose entonces de que Caudete era un poblado habitado mayoritariamente por mudéjares.

Caudete estuvo entre los siglos XIII y XV en medio de las disputas territoriales que enfrentaron a los reinos de Aragón y Castilla, hecho que determinó su importancia estratégica durante todo este periodo. En 1304, y tras la Sentencia de Torrellas, la localidad se integra en la Corona de Aragón y el Reino de Valencia, circunstancia que definió la singularidad histórica de este municipio, ya que perteneció al Reino de Valencia hasta principios del s. XVIII.

En 1425 el rey Alfonso V de Aragón agregó la villa y castillo de Caudete al Patrimonio Real, con perpetua prohibición de enajenarla. Este hecho permitió a nuestro municipio gozar de los privilegios otorgados al selecto grupo de villas reales.

Más tarde, Juan II de Aragón, en 1470, integró a Caudete entre las 29 poblaciones del Reino de Valencia con voto en Cortes.
La población de Caudete ostenta los títulos de Real, Muy Noble, Muy Leal y Fidelísima Villa, concedidos todos ellos por el rey Pedro IV el Ceremonioso de Aragón, salvo el título de Real, que fue otorgado por el rey Alfonso V el Magnánimo de Aragón.

Con motivo de la Guerra de Sucesión en 1707, la localidad fue ocupada por las tropas inglesas que apoyaban al pretendiente a la Corona Archiduque Carlos de Austria. Con el triunfo del Borbón Felipe de Anjou, nuestra villa pierde sus fueros y privilegios y pasa a formar parte de Villena en calidad de aldea por la Real Provisión de septiembre de 1707. Las tierras de Caudete fueron una de las compensaciones que Villena pidió al nuevo rey por haberle apoyado en la guerra.

Recobra nuestra villa su independencia en 1738, gracias a las gestiones del sacerdote Don Luis Golf. En esta fecha queda incorporada al Reino de Murcia. Desde 1833, con la nueva distribución territorial de Javier de Burgos, forma parte de la provincia de Albacete. Hoy es el quinto municipio de la provincia en peso poblacional.

 

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