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Turismo – Villa Medieval

 

La Villa Medieval está formada por el Castillo, la Plaza de la Iglesia, el núcleo medieval de la Villa y por la iglesia de Santa Catalina.

A continuación, podemos conocer detalles de cada uno de estos elementos.

El Castillo

La fortaleza de Caudete tuvo su origen en una construcción musulmana, de menor tamaño que la actual, surgida a finales del s. XI o inicios del s. XII, para intentar detener el avance de los reinos cristianos.

La fortaleza se construyó sobre una pequeña zona elevada, defendida de forma natural por una rambla. Al periodo almohade de la dominación musulmana corresponden los muros que interiormente conserva la muralla, realizados con la técnica del tapial.

Durante los ss. XIV y XV, ya en época cristiana, la fortaleza se amplía y refuerza sus estructuras defensivas.

Presenta muro de mampostería, coronado con merlones terminados en rectángulo y saeteras en la parte central para permitir el disparo con arco o ballesta. Contó con gruesas torres de base maciza unidas entre sí por un paso de ronda o adarve.

Del s. XV data el reforzamiento de los muros formando escarpia o pendiente, también llamadas alambor. Esta nueva técnica defensiva venía a proteger el edificio de los ataques de artillería accionada mediante pólvora, cuyo uso se generalizó a partir del s. XV.

Hacia el s. XVI la fortaleza pierde su finalidad militar, lo que provocará su paulatino abandono. Entre 1740 y 1834, el edificio fue usado como cementerio de la iglesia Parroquial de Santa Catalina.

Los trabajos de restauración que últimamente se han llevado a cabo en el edificio han conseguido la recuperación de sus murallas sur y noroeste, la reposición del almenado y la identificación del perímetro de sus torres defensivas. Un moderno jardín rodea en parte el castillo y lo comunica, a través del callejón de Santa Catalina, con la Plaza de la Iglesia.

 

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La Plaza de la Iglesia

La Plaza de la Iglesia es el centro de la vida caudetana desde el s. XIII. De planta cuadrada y situada junto a una de las originarias puertas de entrada a la villa medieval, hoy aparece flanqueada por casonas de aire sobrio y distinguido.

Fue lugar de celebración de mercado, punto de reunión y contrataciones. Hoy es escenario privilegiado de algunos de los más importante actos festeros, los Bailes de Niño y los Episodios Caudetanos entre otros.

 

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El núcleo medieval de la Villa

Circundando el castillo, y a las faldas de éste, aparece el núcleo medieval de La Villa. Este espacio forma un bello entramado de calles cuyo origen se remonta a época musulmana.

La antigua villa fue recinto amurallado y conserva el plano típico de la ciudad medieval. Situado junto a una rambla y circundado por la muralla que le servía de protección, se caracteriza por la estrechez de las calles y el trazado caprichoso de éstas.

Contaba este núcleo con tres accesos principales: Puerta de La Villa, Puerta de Valencia y Puerta de Murcia. Actualmente no existen restos visibles de la muralla, aunque sí se conoce el trazado de ésta.

 

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Iglesia parroquial de Santa Catalina

La iglesia parroquial de Santa Catalina es la más antigua de la población y aúna con singular equilibrio los estilos gótico, renacentista y barroco.

La iglesia parroquial de Sta. Catalina es, tras el castillo, el edificio más antiguo que se conserva en Caudete.

La iglesia de Santa Catalina, como fecha muy temprana, no empezaría a construirse hasta la 1ª década del siglo XIV o bien la 2ª década del mismo siglo (1305-1320), coincidiendo con el asentamiento de los primeros repobladores cristianos en Caudete.

Resultado de diferentes procesos constructivos, el templo cuenta con elementos tanto góticos de transición al renacimiento como barrocos y neoclásicos.

Según F.J. Doménech, en 1453, el pintor valenciano Joan Reixach había firmado un contrato para la realización del retablo mayor de la iglesia, obra que terminó y que parece ser que llegó, aunque en mal estado, hasta 1936.

La parte visible más antigua del edificio la compone hoy su sólida torre exterior, de planta cuadrada y realizada en mampostería con esquinas rematadas en sillería; Data de 1499, siendo maestro de obras Joan Vilar.

En las primeras décadas del s. XVI tienen lugar las obras más importantes de ampliación del templo. La capilla mayor (1532), que hoy ya no existe, se atribuye a Joan Ochoa, maestro cantero de Ontenient.

En 1550 Joan Roque de Batea, maestro de obras que por la misma época estaba también trabajando en Ontenient, se encarga de la bóveda estrellada con terceletes de cinco tramos. Según F. Doménech, Batea desarrolla una arquitectura de gran fluidez espacial y repercusión en el medio renacentista valenciano. Batea proyecta, asimismo, las tres nuevas capillas laterales al lado del Evangelio que se concluyen entre 1553-1556.

En esta época se define la estructura del edificio: templo de nave única compuesta por cinco tramos y capillas-hornacinas entre los contrafuertes, que se fueron añadiendo en progresivas ampliaciones. Su elevada nave se cierra con la citada bóveda estrellada con terceletes, de Joan Roque de Batea, en estilo gótico aragonés en transición con formas renacentistas. Joan Roque de Batea fue maestro de obras del edificio de 1556 a 1562.

Durante el siglo XVIII la Parroquia de Sta. Catalina se verá sometida a una profunda reforma, atribuyéndose el diseño de la planta, portada y alzados al carmelitano José Alberto Pina (del Convento de San José de Caudete y de origen zaragozano). La obra tiene lugar entre 1755 y 1762 con la construcción del crucero, la cúpula y el presbiterio gracias al apoyo económico de Cristóbal Antonio Marín y Malla, vicario de Caudete desde 1755. Decisivo fue también el apoyo de Juan Elías Gómez de Terán, Obispo de Orihuela (1738-1759) que solía veranear en Caudete. El órgano de la iglesia pudo adquirirse hacia 1757 (dice la tradición que la fecha figuraba labrada en la pieza).

Coronando el crucero encontramos una cúpula de media naranja sustentada por pechina, con una altura total de 26 metros y recubierta al exterior de cerámica azul vidriada, siguiendo la estética del barroco levantino.

En la parte interior de dicho crucero, y sobre pechinas, aparecen las imágenes pintadas al fresco de los arcángeles: San Miguel, San Rafael y San Gabriel, además del Ángel de la Guarda.

A ambos lados del crucero encontramos las capillas del Niño Jesús y la Virgen del Rosario. La imagen del Niño Jesús es una obra del s. XVIII atribuida a Roque López, discípulo aventajado de Salzillo y escultor de amplia producción en tierras de Albacete.

Frente a ella, la imagen de la Virgen del Rosario, Patrona de Caudete hasta 1621. La crónica Viciana en 1564 ya nos cita las siguientes ermitas en Caudete: Rosario, Gracia, Sta. Lucía, San Antón, San Sebastián y San Cristobal. Se tiene constancia de la existencia de dicha ermita del Rosario desde 1548 hasta 1865 (fechas de los libros de espiritualidad y libros de fábrica) Fuente: archivo de Sta. Catalina.

Aunque dicha imagen es moderna, viste manto bordado en oro del s. XVII. El bordado tuvo que ser restaurado y adaptado a otra tela, ya que la original estaba deteriorada por el paso del tiempo.

Barroca es también la Capilla de la Comunión, anexa al templo y las dos fachadas de la iglesia, la principal y la citada de la comunión, coronadas ambas con remates barrocos de perfil mixtilíneo.

En el camarín de Santa Catalina hallamos un precioso pavimento cerámico de estilo rococó, fechado entre 1790 y 1800.

En la sacristía encontramos un retrato de Juan Elías Gómez de Terán, Obispo de Orihuela entre 1738 y 1758.

El templo conserva, a su vez, algunas otras esculturas de origen barroco. En el altar mayor encontramos Santa Ana y San Cayetano, del s. XVIII.

El gran presbiterio, de cabecera plana, alberga el altar neoclásico, que preside Sta. Catalina, custodiada por S.Cayetano y Sta. Ana. En el ático encontramos el escudo de Caudete sostenido por un ángel y sobre él al Arcángel San Miguel y, a ambos lados, San Pedro y San Pablo. En el primer piso: Sagrado corazón de Jesús, San Ramón Nonato y San José.

Otro interesante detalle, esta vez en la capilla bautismal, es el inmenso mural pintado al fresco de Pedro Torres Catorelo en 1963, alusivo al bautismo de Cristo y que nos recibe en nuestra entrada al templo.

En 1756 la torre exterior se corona con un nuevo campanario fabricado en sillería. De aquellos momentos data también el magnífico reloj de la torre, de 1750. El campanario, de 26 metros de altura, aloja 5 campanas de bronce, tres de ellas del s. XVIII.
Texto: Oficina Municipal de Turismo de Caudete.

 

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